La soledad, en sí misma, no ha de ser sinónimo de tristeza ni de falta de bienestar, es más, necesitamos de ella en muchos momentos de la vida, ya sea para relajarnos, para reflexionar, para focalizarnos en alguna actividad, o para disfrutar de nuestra intimidad. Hablamos de una soledad elegida, buscada, enriquecedora y, a veces, terapéutica. Cada vez más, las personas mayores prefieren vivir en sus casas en vez de con sus familias o institucionalizados. Sin embargo, la soledad social y la soledad emocional pueden afectar a la salud física y mental, con consecuencias similares al estrés crónico. De esta forma, vivir solo en la vejez se convierte en uno de los principales factores de riesgo de soledad, y tener relaciones sociales, el principal factor que asegura una buena calidad de vida.
Lo deseable sería que siempre que se quisiera pudiéramos contar con alguien que nos haga compañía, con quien compartir afecto, o con quien poder hablar, pero en muchas ocasiones esto no va a ser fácil – como ocurre en edades avanzadas – ya que por diversas circunstancias se alejan o van desapareciendo los seres más cercanos y queridos.
Otro factor negativo para las personas mayores es la reducción paulatina de sus responsabilidades, pasando, en la mayoría de los casos, de una vida activa, con un trabajo, una familia, unas relaciones sociales, a una vida de mayor sedentarismo y aislamiento.
Son diversos los estudios que han demostrado que la presencia de una mascota puede proporcionar beneficios físicos, sociales, emocionales y cognitivos a las personas mayores. Cuidar de un perro, o de un gato, mejora la autoestima y el estado de ánimo, creándose un vínculo afectivo a través de las caricias, los abrazos, los contactos cariñosos; ayudando a paliar el estrés y el sentimiento de soledad. Los perros, demás, fomentan la actividad física, a través de los paseos, atrayendo la atención con sus juegos y movimientos, estimulando la mente, la memoria y los sentidos, facilitando las relaciones sociales y el interés por el entorno.
En este sentido, cabe resaltar la iniciativa que nos llega desde el Programa de Envejecimiento Activo de la Diputación de Valladolid. Con el objetivo de ayudar a combatir la soledad no deseada que sufren muchas personas mayores del mundo rural, la institución provincial ha presentado su nuevo proyecto ‘conVIVE con MASCOTAS’, con el que a través de la adopción de un perro dotará de bienestar a mayores y mascotas.